Adoración es un trabajo instalativo y performativo, relativo a mi práctica como herbolaria, comisionado por la Fundación Gilberto Alzate Avendaño en 2023. La instalación se montó en la cocina original de la casa colonial que hace parte de su sede, mientras la performance fue realizada en su patio interior.

La herbolaria es el saber-hacer medicina con plantas. Este saber-hacer ocurre gracias a la producción de un ecosistema afectivo, ritual, donde se dialoga con las yerbas y con otras presencias espirituales como montañas, cuerpos celestes y cuerpos de agua, así como con abuelas, abuelos y todo tipo de ancestraxs.

Dicha forma de relación y afecto con las plantas y demás entidades territoriales, que implican un lenguaje y una manera de hacer cuerpo con el mundo mediante ciertos modos de activar la voz y el gesto, así como ciertas disposiciones del espacio y del tiempo, fue duramente castigada en los siglos XVII y XVIII por los colonos, como parte de su estrategia de dominio territorial sobre nuestro continente.

Paralelamente en Europa, durante los mismos siglos, la cacería de brujas cobró la vida de miles de mujeres que encarnaban similares tipos de conocimientos y prácticas, con el fin último de instaurar el naciente sistema de capital.

A partir de esta conciencia y desde un sentido de gratitud hacia las ancestras curanderas, que lograron proteger y transmitir este saber generación tras generación, Adoración se presenta como un gesto de afirmación respecto a dicha forma de hablar y ser con el mundo.

 
 

La instalación se compone de varios altares dedicados a las plantas medicinales, las mariposas y las pociones mágicas que preparo habitualmente en mi práctica: aceites, pomadas, tinturas madre, aguas perfumadas y sahúmos, que en algunos casos, como el de las pomadas, estaban a disposición de lxs espectadores.

Para consultar sobre mi acercamiento a la herbolaria puede visitarse el siguiente link: https://www.instagram.com/canto_depantano/

Así mismo, la instalación cuenta con una serie de fragmentos escritos a mano del documento titulado “De officis de la Real justicia contra don Martín indio del pueblo de Caima y otros indios e indias por hechiceros”, transcrito por la investigadora Susana Matallana, el cual relata con detalle el juicio que sufrieron varias indígenas por su oficio como curanderas, en la ciudad de Ibagué, en 1601.

Por último, además de algunos dibujos de plantas maestras como Cacao y Coca, posee un video donde realizó una “coreografía bruja cantada”. En el video llevo una máscara construida a base de múltiples yerbas, la cual también se encuentra exhibida.

A continuación link al video de la performance, fotografías y reseña de la acción:

 
 
 
 
 
 

Primero soplo de Vira vira, Tabaco y Salvia para limpiar las energías, luego, invocación/aparición de la luna llena con canto y Vira vira nuevamente. Después, reclamo del oro escondido en la biblia. Finalmente, danza de venado con los últimos rayos de Sol.

El Vira vira es una planta medicinal de la cordillera oriental, donde se ubica Bogotá, Cundinamarca y Boyacá, con ella construyo una luna del mismo radio que tiene la fuente de piedra, ubicada en el patio interior de esta casa colonial. La luna, Chie o Chía, era/es la deidad femenina del pueblo Muysca, aquel que ocupaba/ocupa estos mismos territorios. Con la colonización Chía fue reemplazada por la Virgen María, deidad femenina de la iglesia Católica. Esta superposición es señalada mediante la sevillana que se repite una y otra vez en esta performance, donde se le canta a la virgen que "está enfermita".

La performance finaliza con una danza donde utilizo una máscara de venado, animal sagrado por su presencia en los cerros y páramos de esta misma región, cerca a las lagunas. Al sol que desaparece en los atardeceres de Bogotá, por su especial tonalidad, se le llama “el sol de los venados”.

 

Agradecimientos:

Fundación Gilberto Alzate Avendaño, Rafael Arévalo (máscaras), Dalila (mantas de algodón y semillas de nogal), Manuela Villota (tejido), Dalia Melissa González y Jenni Pérez Chibuqe (video), Sergio Manuel Silva (canto y pandereta), César e Indalesio (Montaje), Isabella Martínez (registro).